sábado, 22 de enero de 2011


HOMILIA TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.

Isaías 8,23b-9,3
: En la Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande
Salmo 26: El Señor es mi luz y mi salvación.
1Corintios 1,10-13.17: Poneos de acuerdo y no andéis divididos
Cita: Vengan conmigo y los haré pescadores de personas

Es sabido que la liturgia católica está pendiente de una reforma sustancial, y la necesidad de reordenar la elección de los textos conforme a criterios nuevos y sobre todo explícitos no es la menor de ellas. La incorporación de la segunda lectura a la temática unitaria (en vez de que campe siempre por sus fueros propios), y la posibilidad de que sean varios los ordenamientos litúrgicos de los textos, según objetivos y necesidades distintas, a escoger según variables diversas, serían otras tantas posibilidades. Mientras, es bueno saber que la liturgia no «es» así, sino que la tenemos así a la espera de que llegue un momento más propicio para reactivar las tantas cosas que en la Iglesia católica están detenidas o en hibernación, a la espera de otra coyuntura.

La primera lectura parece haber sido escogido estrictamente por coincidir con la tercera lectura en una alusión geográfica a la zona de Zabulón y Neftalí, zona limítrofe de Israel en la que Jesús se vino a establecer. La segunda -como hemos dicho que sucede casi siempre- va por sus caminos propios, siendo puramente aleatorio que alguna vez encaje con el mensaje de las otras dos. Diríamos que el evangelio de hoy -dada la altura a la que estamos en el año litúrgico- se adecua bien a la altura que correspondería dentro de la vida de Jesús siguiendo un criterio simplemente cronológico: el inicio de su actividad pública, el comienzo del despliegue de lo que será el Jesús predicador del Reino en su plenitud.

Son bastantes los detalles que merecen comentario en este evangelio.

-Jesús comienza su actividad tomando como referencia los signos de los tiempos. Al menos el evangelista hace notar que no empezó Jesús sin más cuando quiso, sino al ver que habían encarcelado a Juan. Jesús reacciona ante los hechos de la historia que le rodea. No viene a cumplir una misión ya programada previamente y que ha de llevarse a cabo con indiferencia «pase lo que pase».

-Jesús «fue a vivir» a Cafarnaúm. Algunos exegetas (Nolan por ejemplo) hacen notar que «se estableció» allí, y que, probablemente, la que varias veces en los evangelios se cita como «su casa» sería casa no de Pedro, sino de Jesús... No hay seguridad, pero no es improbable. Una duda sobre esa imagen tan fácil que nos hemos hecho del Jesús evangelizador itinerante.

-El contenido de lo que sería la «primera predicación» de Jesús, o, más bien, la tónica dominante de la predicación de Jesús: la venida del Reinado de Dios, como buena noticia que invita al cambio... Hoy ya esto lo saben los niños en la catequesis parroquial, cuando hace cuarenta años lo ignoraban todos los cristianos adultos, incluidos los predicadores: que el centro de la predicación de Jesús fue el «Reinado de Dios», un concepto entre medianista y escatológico... O sea: que Jesús no fue un predicador doctrinal teórico, ni un maestro de sabiduría religiosa, ni un asceta... sino un profeta dominado por la urgencia de una pasión, la pasión por el Reinado de Dios que él creía inminente...

-No era sólo un anuncio, sino una con-moción: Jesús anunciaba para empujar al cambio, para animar la esperanza en el cambio que Dios mismo estaba a punto de empujar... Por eso, su anuncio era para la conversión: «cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha acercado», traduce la Biblia Latinoamericana.

-Aquí hay una doble dirección: hay que cambiar (convertirse) «porque» viene el Reinado de Dios, y, también, hay que cambiar «para que» venga, para hacer posible que venga, porque cambiando, en nuestro cambiar, ya está viniendo ese Reinado... Son las dos dimensiones: activa y pasiva, receptiva y provocativa, de contemplación y de lucha... sin unilateralismos.

-El carácter concreto del tipo de praxis que Jesús adopta, que no es la de transformar la sociedad él mismo directamente, con sus propias prácticas, no es la de afrontar directamente la tarea, sino la de enrolar a otros, convencer a otros para sumarse a la tarea, y para ello, dedicarse a desbloquear las mentes, a iluminar los corazones, abrir la visión de los demás... para que puedan incorporarse a la transformación de la sociedad. Si se nos permite decirlo así, Jesús, más que una práctica, asume una práctica teórica y simbólica. Él no se hace médico ni se dedica a curar a los enfermos, sino a dar la Buena Noticia, aunque salpica su predicación constantemente con «signos» de curación: «predicaba y sanaba». Teoría y práctica. Esta práctica era apoyo de aquella teoría, y la teoría no era realmente tal, sino una práctica teórica: Jesús ejercía de abridor de mentes, iluminador de corazones, generador de esperanza, transmisor de energías...

-En esa línea se puede enmarcar mejor aún lo de convertir a sus más allegados en «pescadores de personas» (no «de hombres»), lo que él mismo estaba siendo, lo que cualquier discípulo debe también ser. El expansionismo evangelizador misionero proselitista, el querer extender el cristianismo a todo el mundo haciendo tabla rasa de las demás religiones, ya no tiene lugar en una visión a la altura de los tiempos actuales. El ser realmente «evangelizador» apasionado por la Utopía del Reino (utopía que no es enemiga de las demás religiones ni pretende imponer ninguna cultura) sigue teniendo plenamente sentido.

Muchos detalles, muchos temas, en un evangelio sencillo pero enjundioso.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 11, «Hacia la Galilea de los gentiles», de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1100011
Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap11b.mp3
También en el capítulo 14: El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1100014
Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap14b.mp3

Para la revisión de vida
Decía Jesús: Está cerca el Reino de Dios… ¿Lo veo, lo siento, lo percibo, lo intuyo? ¿Miro las cosas desde esa perspectiva única y mayor? ¿Qué Reino soy capaz de ver? ¿Vivo en situación de Buena Noticia? ¿Vivo con optimismo, con la exultante convicción de que el Reino sigue su marcha ascendente y convergente en la historia?

Para la reunión de grupo
- - El pueblo que vivía en tinieblas… ¿Cómo vive hoy el pueblo-pueblo, en la luz o en las tinieblas? ¿En qué fundamentamos nuestra afirmación? Centinela, ¿qué hay de la noche?
- Está cerca el Reino de Dios… Eso sería una noticia muy buena para un pueblo que vive en tinieblas… ¿Cómo podemos traducir la Buena Noticia de Jesús hoy para nuestro pueblo?
- Está cerca el Reino de Dios… El Reino de Dios es la Causa de Jesús, y es la Causa por la que el partidario de Jesús (el cristiano) debe “vivir y luchar”.
- -Dialogar sobre el tema de la “práctica teórica”. Existe un cierto anti-intelectualismo en el ambiente, como si todo lo que no sea práctica pura y dura, sería despreciable, idealismo, huída de la realidad, abstracción sin raíces...

Para la oración de los fieles
- - Por nuestra comunidad cristiana, para que crezca la unidad entre todos sus miembros y comunidades, roguemos al Señor
- Por las personas que se sienten en tinieblas, sin sentido, sin luz… para que encuentren esa luz en la vida y en las prácticas de los hombres y mujeres religiosos que les rodean…
- Para que redescubramos con ojos nuevos y corazón nuevo lo que significa hoy la buena noticia del evangelio en este mundo cansado y posmoderno del fin de milenio…
- Para que también nosotros, como Jesús, no despreciemos a nadie, y tengamos nuestro “centro de gravedad” no en “el centro”, sino en la periferia, en la tendencia a acompañar y atender a los marginados y excluidos…
- Para que nuestra vida entera sea un mensaje positivo, no una descalificación de los demás, sino un apoyo, un “sí”, una dosis de coraje y de esperanza para todos los que de ello tienen necesidad…

Oración comunitaria
*Dios Padre y Madre universal: aviva nuestra fe, nuestro amor, nuestra esperanza, y danos creatividad e intuición, para que sepamos acoger hoy, con ojos nuevos y corazón abierto, tanto el Evangelio de Jesús como todas las otras “buenas noticias” que nos deparas a lo largo y ancho del mundo en todos los hombres y mujeres de cualquier religión, desde cuyas vidas nos sigues hablando y estimulando. Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo, hermano nuestro. Amén.

* El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande. Habitaban tierra de sombras, y tu luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; nos gozamos en tu presencia, como se goza al segar, como se disfruta al cosechar. Envía tu Luz también sobre nosotros, para que nuestra vida y nuestra Tierra queden inundadas de gozo y felicidad por tu presencia recuperada. Amén.

domingo, 12 de diciembre de 2010

REFLEXIÓN DE LAS LECTURAS DEL DOMINGO III DE ADVIENTO. 12 DE DICIEMBRE.

Is 35,1-6a.10: Dios viene en persona y los salvará
Salmo 145: Ven, Señor, a salvarnos.
Sant 5,7-10: Manténganse firmes, porque la venida del Señor está cerca
Mt 11,2-11: Juan envió a preguntarle: ¿eres tú el que ha de venir?

La primera y la segunda lectura de hoy, del profeta Isaías y del apóstol Santiago, coinciden en el mensaje: merece la pena esperar, hay que esperar, debemos esperar, porque viene nuestro Dios, él mismo viene en persona, y trae el desquite... Hay que tener paciencia, porque es inminente su llegada, ya está a la puerta...

No dudamos de que esta forma de plantear la esperanza, de vivirla y de transmitirla, ha sido útil y muy eficaz para muchas generaciones anteriores a nosotros, pero tampoco dudamos de que hoy día, ese planteamiento pudiera no servir ya.

Este motivo aducido clásicamente para fundamentar la esperanza, de que Alguien viene, alguien va a irrumpir apocalípticamente en nuestra vida, incluso con inminencia, y de que nuestra esperanza consista en «esperar» (de espera, no de esperanza) su llegada... no resulta hoy ya plausible. Ese esquema conceptual según el cual Dios ha anunciado que vuelve, en una segunda venida que sellará el final del mundo, y que nosotros estamos en un tiempo intermedio, incierto y amenazado por la espada colgante (de Damocles) de esa sorpresa que llegará como la visita del ladrón, ha sido una imagen poderosa, que ha cautivado la atención de muchas generaciones, pero que hoy empieza ya a no funcionar.

Aquellas generaciones tenían una comprensión del mundo fundamentalmente religiosa, inserta en las coordenadas de la descripción del mundo que las mismas religiones habían elaborado: un mundo que consistía esencialmente en un «plan de Dios» para poner una prueba al ser humano y llevarlo a otra vida, mejor o peor según mereciera premio o castigo. Dentro de ese «pequeño mundo», dentro de esa cosmovisión religiosista que ocupó por milenios el imaginario de nuestros mayores, funcionaba el hablar de una segunda venida, de la prueba que Dios nos pone, de la amenaza que supone la posible sorpresa del Dios que viene e irrumpe en el mundo para finalizarlo e inaugurar otro eón, el de los premios y castigos. Este imaginario religioso (tradicional, antiquísimo, milenario...) está agotándose, desapareciendo con las generaciones mayores, desvaneciéndose y perdiendo vivacidad yplausibilidad en las generaciones medias, y siendo rechazada en las generaciones jóvenes, en las que no logra ya implantarse.

En el nuevo imaginario o cosmovisión que muchos estamos adquiriendo, fundamentado en la nueva imagen que la cosmología y el conjunto actual de las ciencias nos ofrecen, ya no cabe concebir la realidad tan «antropocéntricamente» como para pensar que todo consiste y todo se reduce a «un plan que Dios ha hecho para probar al ser humano». Al ser humano actual no le resulta ya plausible una espiritualidad que le dice que él es el centro del cosmos, y que este cosmos «ha sido creado simplemente para servir de escenario al drama humano de su salvación ultraterrena»... Y no le resulta plausible tampoco que el misterio tan respetable del más allá sea asociado con, y puesto al servicio de la amenaza de castigos ni de la promesa de premios...

¿Es posible ser cristiano sin tener que adoptar estas imágenes que hoy sentimos como no incorporables a nuestra cosmovisión? Sí, lo es, al costo de purificar nuestra esperanza -y, más ampliamente, nuestra cosmovisión global- de aquellas imágenes propias de un tiempo que ya no es el nuestro.

En realidad, lo que importa es el contenido profundo, la experiencia espiritual, la dimensión de esperanza (en este caso), no el soporte de categorías, esquemas mentales, cosmovisiones apocalípticas o esquemas de concepción del tiempo de los que echaron mano nuestros antepasados. El cristianismo, a lo largo de s historia, ya ha abandonado muchas imágenes que en su tiempo fueron comunes, que luego se oscurecieron, y que finalmente nos resultaron inaceptables (de algunas de las cuales hoy incluso nos avergonzamos). En los últimos tiempos, el predominio del pensamiento estático, el supuesto de la ahistoricidad y la negación del carácter evolutivo de todo, nos ha querido hacer pensar que no podemos cambiar nada, que debemos creer a la letra lo que expresaron nuestros mayores, sin remontarnos a revivir su misma experiencia profunda pero con libertad y creatividad, y que nada puede ser innovado. Pero la misma historia está ahí para demostrar lo contrario a quien sepa y quiera verlo. Y también está ahí el presente: son muchos ya, de hecho, los cristianos/as que «creen de otra manera».

El evangelio de Mateo nos presenta la llamada «prueba mesiánica». Juan el Bautista desde la cárcel manda emisarios para preguntarle a Jesús si es él el esperado o si deben esperar a otro. Jesús no responde con algunas pruebas teologicas, ni con citas bíblicas apologéticas, o con algunos dogmas o doctrinas, sino que se remite y remite a los consultantes a los puros hechos, que pueden ser «vistos y oídos»: «los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios... y a los pobres se les anuncia el Evangelio, la Buena Noticia». Estos «hechos», estas buenas noticias, son la prueba de identidad del Mesías. Y serán, tienen que ser, la prueba de identidad de quienes sigan al Mesías, al Xristós, o sea, los «cristianos». Sólo si nuestra vida produce esos mismos hechos, sólo si somos «buena noticia para los pobres», sólo entonces estaremos siendo seguidores de aquel Mesías, del Xristós, o sea, «cristianos».

No olvidamos que hoy es la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, tan latinoamericana, y mexicanísima. Buena ocasión para leer algo de lo mucho que ha sido escrito sobre ese «mensaje guadalupano» que, todavía hoy, sigue cautivando a los expertos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

LÍNEAS GENERALES PARA HOMILÍA PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A. 28 de noviembre de 2010.


HOMILÍA PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A.
28 de noviembre de 2010.

ü Hoy comienza el año litúrgico que no coincide con el año civil

ü Comienza con el tiempo de Adviento, viene de advenimiento, significa venida

ü Alude a la venida de Cristo, la que ya tuvo lugar, (Navidad) y la futura,

ü Muchos creen esta segunda venida, algunos de manera apocalíptica

ü Para el comercio Adviento es publicidad y comercio para Navidad

ü Nosotros debemos creerla de manera correcta: adviento, tiempo de esperanza

Primera Lectura: Is. 2, 1-5.

· Isaías escribe en tiempos difíciles:

o Israel ha olvidado a su Dios

o Ofrecen un culto y sacrificios vacíos (a mi qué tus sacrificios)

o Llama a Jerusalén como adúltera

· Duda de la alianza con su Dios y quiere hacer alianza con Egipto para defenderse del poder de Asiria

· Isaías llama al pueblo a confiar en ese Dios diciendo palabras de esperanza

· Hacia el monte del Señor confluirán los pueblos y de Jerusalén saldrá la Palabra del Señor

· Ya no se alzará pueblo contra pueblo (Palabras escritas en entrada de edificio ONU)

· Isaías predica la paz y la esperanza en medio del conflicto y la desesperanza

· Hay un requisito: ¡Caminemos a la luz del Señor!

Segunda Lectura: Rom. 13, 11-14.

N Es hora que despierten del sueño, Pablo exhorta a los romanos a salir del sopor a vivir con esperanza activa el Reino presente entre ellos: Nuestra salvación está más cerca

N Desechemos las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz

N La Palabra está presente en medio de nosotros no debemos esperar más

N Debemos despertar del letargo y darnos cuenta el tiempo de gracia que estamos viviendo, aún en medio de las dificultades de este mundo

N Vivir según el espíritu, desechar las obras de las tinieblas: envidias, divisiones, placeres, ambición de poder y tener, etc.

N Vivir en la luz: amor al prójimo, solidaridad, unidad, justicia, igualdad, comunión de bienes, etc.

Evangelio: Mt. 24, 31-44

N Velen y estén preparados

N Viviendo en la luz estamos preparados para esperar al Señor

N La esperanza no es pasiva, es activa

N Como espera una madre a su hijo o una esposa a su esposo que regresa del trabajo

N En medio de los conflictos de este mundo, el cristiano se alza como el hombre y la mujer de la esperanza activa

N El cristiano es aquel que lucha porque venga el Reino de Dios y cree con firme esperanza que vendrá

N Cuando hacemos presente el Reino de Dios, esperamos activamente

N Reviso mis acciones para ver cuáles hacer presente el Reino de Dios o son signos de Anti-Reino

N Veo mi entorno y reviso con que acciones concretas puedo contribuir hacer presente el Reino de Dios en la realidad que me toca vivir: familiar, comunal, municipal, social, etc.

J ¿Qué le digo al Señor?

o Despierte en nosotros el deseo de prepararnos para la venida de Jesús

o Con las obras nacidas del amor y misericordia

o Para hacer presente su Reino en este mundo como antesala del Reino pleno al final de los tiempos

o Como lo hizo María y José, creyendo contra toda esperanza

o Como lo hizo José María Vilaseca, luchando por el Reino de Dios en un mundo conflictivo con signos de anti Reino

HOMILÍA DE KOINONÍA. PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A. 28 de noviembre de 2010

Is 2,1-5: El Señor reúne a las naciones en la paz del reino de Dios
Salmo 121: Vamos alegres a la casa del Señor.
Rom 13,11: Nuestra salvación está cerca
Mt 24,37-44: Estén prevenidos porque no saben cuándo llegará su Señor

Hoy comienza el «año litúrgico», que no coincide con el año civil, ni con el curso lectivo, ni tal vez con el «ejercicio económico anual» de tal ramo de empresas... El año litúrgico es una periodización propia de la Iglesia católica.

Comienza con el tiempo de «adiviento», uno de los varios que lo componen... «Ad-viento», apócope de «advenimiento», significa venida, y alude a la venida de Cristo, que, bíblicamente hablando, son dos: la que ya tuvo lugar, que celebraremos en Navidad, y la futura, la llamada «segunda venida» de Jesús, «en poder y majestad», que pondrá fin al mundo, inaugurará el «juicio final» o «juicio de las naciones», y abrirá la era definitiva, el «nuevo eón», la vida eterna beatífica para los salvados, y el sufrimiento en el infierno para los condenados. Todo ello, dicho en el lenguaje clásico tradicional, para situarnos.

Pero, ¿qué creemos realmente de todo ello? ¿Qué creemos de todo ello sólo simbólicamente, evocando otro significado que el literal?

Los dos últimos capítulos del evangelio de Mateo forman el llamado «discurso escatológico» de Jesús. El evangelista pone, agrupa en su boca los dichos «escato-lógicos», o sea, los que se refieren al final (del mundo). Ya sabemos hermenéutica bíblica y no vamos a entrar en el tema de la historicidad de esos dichos en cuanto efectivamente dichos por Jesús. Bien pudiera ser que Jesús expresara estas u otras ideas semejantes, porque Jesús estuvo inmerso en la mentalidad religiosa y cultural de su época -igual que dijo que Dios «hace salir el sol» sobre justos y pecadores, porque participaba de la visión cosmológica precopernicana-. Pero la pregunta importante para nosotros es: ¿debemos creer nosotros hoy la «descripción del final» propia de esa visión apocalíptica? ¿Creemos efectivamente que Jesús vendrá de nuevo, tal vez pronto, y con semejantes consecuencias?

El popular Richard DAWKINS, que se ha hecho muy popular con su combate crítico a las creencias religiosas, confiesa que queda «abatido alconstatar que el 50% de los estadounidenses cree que el mundo tiene apenas 6 mil años», y añade: «La única superpotencia mundial actual está a punto de ser dominada por electores que creen que el universo entero comenzó después de la domesticación del perro. Creen también que serán personalmente ‘arrebatados’ a las alturas celestrianes todavía en el tiempo de su vida, hecho que será seguido por un Armagedón muy bienvenido como heraldo de la segunda venida de Cristo». Sam HARRIS por su parte (Letter to a Christian Nation), aduciendo encuestas del Instituto Gallup, sustiene que «nada menos que el 44% de la población estadounidense está convencida de que Jesús va a volver para juzgar a los vivos y a los muertos, en algún momento de los próximos cincuenta años». «Imagine usted las consecuencias, si algún miembro significativo del gobierno estadounidense realmente creyese que el mundo está pronto a acabar de esta manera... El hecho de que casi la mitad de la población de EEUU crea en eso, en base simplemente a un dogma religioso, debe ser considerado una emergencia moral e intelectual». Dawkins, que prologa el libro de Harris, añade que hablar de una «emergencia moral e intelectual» tal vez es muy moderado.

Efectivamente, aunque hayamos olvidado historias pasadas de los muchos movimientos milenaristas de siglos pasados, hoy sabemos bien de consecuencias terribles actuales de las creencias religiosas que derivan en violencia y terrorismo por motivaciones religiosas verdaderamente apocalípticas, tanto de un signo como de otro. Las creencias religiosas, sobre todo su interpretación, no son un mero «asunto privado» de cada quien. Qué crean los norteamericanos electores del gobierno de la mayor potencia militar del mundo, para mí no es simplemente un «asunto privado» de ellos. Qué crean y piensen sobre el final del mundo y sobre la intervención y el dominio que Dios tiene sobre nuestro modo de gestionar este mundo, no es un asunto religioso privado del que la sociedad no deba preocuparse, porque, en determinadas circunstancias, puede llegar a ser verdaderamente «una emergencia moral e intelectual». Pensemos también en la cantidad de creyentes de pequeñas iglesias «libres» que se multiplican entre masas de población que viven en sectores de pobreza o miseria, y en las creencias fundamentalistas que difunden... ¿No son realidades de interés público, tal vez de salud pública, o incluso de «emergencia moral e intelectual»?

Casi con toda seguridad, los lectores de este comentario bíblico no están en esas penosas situaciones religiosas que acabamos de aludir. Pero es bien probable que no sepan bien qué decir ante el evangelio de hoy: ¿seguimos creyendo en una «segunda venida de Cristo»? Probablemente no creen en su inminencia, ni en su carácter «apocalíptico», ni en Armagedón y sus amenazas... pero no han decidido si seguir creyendo o no en «la segunda venida de Cristo». Mientras no lo decidan críticamente -mientras no personalicen su fe, en ese sentido- seguirán creyendo con la creencia tradicional (confiarán una parte importante de suvida a esa creencia), de que lo más profundo de la realidad es que es el plan de un Dios que quiso crearnos y ponernos una prueba, y que esa «segunda venida» será el paso a la definitiva vida eterna. Eso es lo que significa la «segunda venida».

Ocasiones como ésta, del domingo que inaugura el Adviento (advenimiento, venida), que pone ante nuestros ojos meditativos esa segunda venida, son, deberían ser, una ocasión para «coger el toro por los cuernos» y abordar estos temas, sin contentarse con darles en la homilía simplemente varios «pases» litúrgicos que lo utilizan simbólicamente, sin responder ninguna de las preguntas que pasan por la mente de los oyentes.

La esperanza ha sido considerada clásicamente como la virtud típica del Adviento, la dimensión de nuestra vida en la que meditar, la fuerza personal que cultivar especialmente en estas cuatro semanas. Como el pueblo de Israel y tantos otros pueblos vivieron la historia como un caminar iluminado por la esperanza del encuentro con Dios, el adviento nos invita a considerar nuestra vida como un caminar que no podemos sobrellevar sino con la fuerza de la esperanza. ¿Cuál es el peso de la esperanza en nuestra vida?

Tal vez, en el ambiente de nuestra ciudad o de los medios de comunicación... ya se ha instalado la publicidad navideña. Para el comercio, adviento significa bombardeo publicitario prenavideño, una navidad que, para ellos, no sería tal sin un aumento del consumo en todos los campos. Un cristianismo coherente no debe caer en en la trampa del mensaje de tanto signo aparentemente religioso que lo que pretende es solamente hacernos consumir.

La primera lectura, de Isaías, una de cuyas frases -la de la conversión de las lanzas en podaderas- fugura en el vestíbulo del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, expresa bien la dimensión terrena de la utopía de esperanza que animaba a los profetas: un mundo reconciliado, en la paz de la convivencia y el trabajo, superadas las guerras y las preparaciones para las guerras -los arsenales de armas y las maniobras militares-. Por ser parte del Primer Testamento, a Isaías le falta la visión universalista: ni el «final» ni mucho menos el «fin» sean que la Humanidad caminen hacia el monte de Sión, sino simplemente hacia la Utopía de Dios, sea cual sea el monte sagrado de su religión.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 105 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil, titulado «Un cielo nuevo y una nueva tierra». El guión y su comentario puede ser tomado de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1500105
Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap105b.mp3

viernes, 22 de octubre de 2010

FALLECE EL P. JOSE TORRES MORA M.J.

Misioneros de San José

Provincia José María Vilaseca

México, D.F. a 22 de octubre de 2010.

Queridos Hermanos:

“La gracia de Jesús, María y José esté siempre con nosotros”.

A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?

¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
11Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme».

Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse,
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Salmo 29, 9-13

Una intensa y suave acción de gracias se eleva a Dios desde el corazón de quien reza, después de desvanecerse en él la pesadilla de la muerte.

Esta ha sido la experiencia del p. José Torres Mora, Misioneros Josefino, quien acaba de encontrarse ante la presencia del Padre a las 21:08 hrs. en la Casa de descanso de San Juan del Río, Qro. hoy 21 de octubre del 2010.

Este sentimiento que emerge con fuerza en el salmista de este hermoso salmo 29, sin duda, es también palpable en nuestros corazones de quienes hemos compartido la vida consagrada con nuestro hermano José.

Hermanos, los invito, a través de este himno de gratitud, ofrecer en sus oraciones la pascua del padre Torres hacia el Padre.

Gracias, padre Torres, por su entrega generosa en su vida consagrada y sacerdotal como misionero josefino,

Gracias, padre Torres, por su fraternidad compartida con cada uno de los que lo conocimos,

Gracias, padre Torres, por hacernos crecer con sus enseñanzas magisteriales,

Gracias, padre Torres, por ser el amigo y el hermano que siempre recordaremos,

En fin, gracias a ti, Señor, por brindarnos tu amor y misericordia en la persona del padre José Torres.

Les recuerdo que mañana viernes 22 de octubre se hará la celebración de cuerpo presente en la Capilla de San José del Buen Consejo en San Juan del Río, Qro., a las 12:30 hrs. y en México, D.F., de la Sagrada Familia (Josefinos) a las 11:30 hrs.

Descanse en Paz nuestro hermano, el padre José Torres.

P. Javier Hernández, m.j.
Vicario Provincial

jueves, 21 de octubre de 2010

ANUNCIO XVI CAPITULO GENERAL MISIONEROS DE SAN JOSE.


México, D. F., 21 de octubre de 2010,
148° aniversario del voto de ‘hacer siempre y en todo lo mejor’
de nuestro padre Fundador. Año Jubilar: ¡Vilaseca vive!

A todos los Misioneros de San Jose en el mundo:

La gracia de Jesús, María y José esté siempre con nosotros.

Estimados hermanos:

Que las bendiciones que estamos recibiendo de Dios nuestro Padre, con motivo del Año Jubilar, sigan derramándose sobre la Congregación y la Familia Josefina para bien del Pueblo de Dios.

El XV Capítulo general, celebrado en 2009, nos dejó una trascendental encomienda: la revisión y actualización de nuestras Constituciones en un Capítulo extraordinario para el año 2012 (Cfr. XV CG, Documento final, p. 52). El 25 de marzo pasado, les envié una comunicación para dar inicio a un proceso de discernimiento sobre nuestro ‘libro de vida’, las Constituciones. Entre otros criterios para esta tarea, están: nuestro carisma josefino, el magisterio de la Iglesia, la teología de la vida consagrada, las necesidades de la Iglesia y del mundo, los signos de los tiempos. En esa ocasión di a conocer la integración de la Comisión Central y las Subcomisiones, además del Asesor que nos está ayudando.

También los exhorté a compartir su palabra y su experiencia, y los invité a soñar con un texto de Constituciones renovado, actualizado, que reflejara la experiencia cristológico-evangélica que el Espíritu puso en el corazón de Vilaseca y que se ha traducido en un estilo y proyecto de vida, en un camino de santidad, y en una misión al servicio de la Iglesia y del mundo.

La inculturación del carisma josefino en diferentes países, contextos eclesiales y sociales requiere la palabra y la experiencia de todos, pues nosotros, Misioneros Josefinos, somos los únicos que podemos iluminar y enriquecer el carisma josefino. Aprovecho la ocasión para renovar la invitación a todos ustedes a fin de que participen activamente y no priven a la Congregación de su experiencia de vida y de apostolado.

La revisión y actualización de las Constituciones requiere de todos los religiosos estudio, reflexión y oración, y requiere también de los religiosos, que sean elegidos capitulares, preparación y sensibilización para escuchar a sus hermanos a fin de plasmar en el texto constitucional la riqueza carismática, que se ha venido desarrollando desde el tiempo de nuestro padre Fundador. De esta manera las Constituciones podrán contener:

§ el proyecto evangélico de vida-misión de nuestra Congregación.

Y serán

§ la expresión de nuestro carisma.

§ la expresión de nuestro ser de discípulos misioneros de Jesucristo.

§ la síntesis de la "espiritualidad" de nuestra Congregación.

§ la "conciencia" que la Congregación tiene de sí misma.

§ el libro fundamental de "oración" personal y comunitaria.

Por estos motivos, en este día tan significativo en el que celebramos el 148° aniversario de que nuestro padre Fundador emitió su voto de amor, sin concesiones ni negociaciones de ninguna especie: ‘Hacer siempre y en todo lo mejor’ (martes 21 de octubre de 1862), de acuerdo a nuestra legislación (Const. 173) y a mi Consejo, con gran alegría y esperanza,

Anuncio la celebración
del XVI Capítulo general extraordinario
que, D.M., se realizará del 7 al 28 de julio de 2012,
en nuestra Casa de oración ‘San José del Buen Consejo’,
de San Juan del Río, Qro., (México),
y cuyo tema será la revisión y actualización de nuestras Constituciones.

Hermanos, el XVI CG será un paso del Espíritu por la Congregación; será uno de los frutos del Año Jubilar. Queremos plasmar en nuestras Constituciones el sueño carismático de Vilaseca, el sueño evangélico de nuestra opción vocacional. Es obvio que no hemos comenzado de cero, pues tenemos la riqueza de la vida y de la obra de nuestros hermanos que nos han precedido. ¡Más que ninguna otra obra, este Capítulo requiere nuestro sentido de pertenencia!

A la Familia de Nazaret, Jesús, María y a José, fuente inspiradora de la espiritualidad vilasecana, encomendamos este trabajo renovador, que dará frutos de santidad para la Iglesia. Me encomiendo a sus oraciones. ¡Adelante, hermanos, en la preparación de nuestro XVI CG extraordinario, pues lo quiere san José!

En Jesús, María y José,
y en Vilaseca:

Julio C. Salcedo Aquino, m.j.
Superior general.

Eduardo Plaza Vázquez, m.j.
Secretario general

jueves, 23 de septiembre de 2010

Publicación de Periódico Catalán sobre la ordenación de tres diáconos josefinos en Igualada.


L'igualadí Pare Vilaseca va fundar l'ordre josefina a Mèxic
Tres nous diaques: els pares josefins enforteixen els seus lligams amb Igualada

Amb motiu de l'ordenació de tres nous diaques de l'ordre josefina, fundada per l'igualadí Josep Maria Vilaseca a Mèxic, es va posar de manifest que els lligams d'aquests religiosos amb la ciutat s'han enfortit i que això podria fructificar en un futur.


El bisbe de Vic, Mons. Romà Casanova, va presidir l'ordenació diaconal dissabte a Santa Maria, acompanyat d'una vintena de preveres i diaques, de tres joves: Sergio Garcia Garcia, de 28 anys i mexicà; Estid León Guerra, de 29 anys i d'El Salvador; i Miguel Ángel Ojeda Jirón de 29 anys i de Nicaragua. L'ambient fou familiar —hi havia uns 150 fidels, la feligresia igualadina porta aquest any una 'sobredosi' de grans esdeveniments— però tothom va quedar molt content.

Els diaques van ser revestits amb tres dalmàtiques portades des de Mèxic. En l'homilia el bisbe va glossar la figura del Pare Josep Maria Vilaseca, insigne igualadí —batejat precisament en la basílica de Santa Maria— i va animar als nous diaques a ser-ne imitadors. En acabar diversos josefins presents van llegir cartes del general de l'ordre dirigides al bisbe de Vic i al rector i arxiprest, Mn. Josep Massana, així com un dels tres nous diaques. Tots van coincidir en què l'ordre i la seva vocació, té, en les seves paraules, 'una semilla igualadina'. Els cants van anar a càrrec de la Schola Cantorum de la ciutat i a l'acabar es va servir un piscolabis al col·legi Sant Josep, de les Mares Escolàpies.

Xavier Bisbal